El Proceso de Gestión de Riesgos implica establecer un contexto para la gestión de riesgos, identificar los riesgos que podrían afectar las actividades de la entidad supervisada, medir, controlar y/o mitigar estos riesgos y realizar un monitoreo y divulgación continua de la gestión de riesgos.
En el boletín anterior (#2) se definió la Gestión Integral de Riesgos como el proceso por el cual una entidad se ocupa metódicamente de los riesgos que conllevan las actividades que realiza. Éste es un proceso continuo que implica*:
- Establecer el contexto para la gestión de riesgos.
- Identificar los riesgos que podrían afectar las actividades de la entidad supervisada.
- Medir los riesgos identificados.
- Controlar y/o mitigar el impacto calculado de los riesgos.
Durante todas las etapas de este proceso, existe un monitoreo constante sobre la adecuación de las actividades, siendo necesaria también la permanente comunicación y consulta con los grupos de interés (divulgación).
Al establecer el contexto de la Gestión Integral de Riesgos (en adelante GIR), una entidad supervisada define los objetivos que pretende alcanzar al implantar una GIR, fijando estrategias para el logro de éstos objetivos, identificando a los responsables de la GIR, definiendo las metodologías que van a aplicarse y determinando la tolerancia al riesgo y los límites de exposición que cada entidad considera aceptables para cada tipo de riesgo.
Identificar los riesgos es básicamente listar los riesgos internos y externos que podrían afectar los objetivos de la entidad financiera, considerando cuáles son los orígenes de esos riesgos (i.e. los eventos o circunstancias que generan riesgo o podrían generarlo), las consecuencias que podrían tener en los resultados y la posible interdependencia entre diferentes tipos de riesgos.
Seguidamente se miden los riesgos identificados. Esta es una etapa esencial en el proceso GIR que implica analizar y evaluar los riesgos. Analizar el riesgo es utilizar métodos cuantitativos (o cualitativos) para estimar numéricamente la probabilidad (posibilidad) y el impacto de los riesgos. En la evaluación se compara esta estimación de la exposición al riesgo con los límites definidos al establecer el contexto. De esta forma se establece qué riesgos deben ser controlados/mitigados y con qué prioridad.
El control y la mitigación del riesgo son acciones para disminuir la probabilidad de ocurrencia del riesgo y para reducir el posible impacto del riesgo, respectivamente.
El monitoreo se realiza para verificar que el proceso de GIR este funcionando apropiadamente; en caso de encontrarse deficiencias, éstas se corrigen oportunamente.
La divulgación tiene por objetivo mantener informados y tomar en cuenta las opiniones de los grupos de interés. Esta tarea puede consumarse mediante un Plan de Divulgación, que incluya información sobre los riesgos identificados, las posibles consecuencias de los riesgos y las medidas adoptadas de control/mitigación.
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